top of page

ORACIÓN A SANTA GÜEVA [RRL]

Oración a Santa Güeva

[o también Madre Pereza]

(contra toda tentación ocupacional)

de la beata Olga Zana Pérez Oso

(patrona tiesa de los flojos)

redactada con tonalidades aztecas

 

[Dígase en ayunas y se obtendrán cien indulgencias. Pueden suceder milagros ¡Cientos de vidas entregadas en fervor de la Santa certifican el aserto! ¡Loas a los mártires y testigos de la güeva!]

 

¡Oh, Madre de inalcanzadas delicias (pues me cansaría de solo pensar en alcanzarlas)! Icono de sabiduría, sin mucho esfuerzo, nos postramos a vuestros pies y Os rogamos encarecidamente que Os dignéis a abrir vuestros brazos para que mane el agua viva de la inercia y la mortecina media luz que le amaga a la fatiga.

 

Madrecita güevecita, güevona, güevísima, humildemente te decimos: somos totalmente güeva.

 

Santa Güeva, ora por nosotros y haznos sentir que el universo es una cobija tibia. ¡Oh, Madre una y trina del rascarse la panza sin pausa ni prisa! Por tu intersección, todo lo creado se resigna al ansia de la caída libre y a la temblequeante indigencia de la dentadura postiza. No te mueven ni caricias ni ruegos; eres inmisericorde ante la sinapsis alerta y la diligente pupila. Tu mullido abrazo hace amanecer una sonrisa mensa, cierra los párpados, aplasta las dimensiones del espacio, difumina la conciencia, desacelera el tiempo, hace abrir la boca, empuja la baba, suelta el erupto y el ronquido. ¡Si hasta afloja el vientre e insta a las escaramuzas por el Monte de Venus! ¡Oh, amiga del mimo y enemiga de la resistencia, el cosmos todo te saluda en un bostezo cosmopolita!

 

¡Órale, qué güeva nos corre por las venas!

 

Santa Güeva, ora por nosotros y permítenos vivir tranquilamente la vida hueva (que el epinicio de Ricky Martin, el bueno, nos señala con enjundia huera). ¡Oh, Madre Ctónica, motor inmóvil de lagañas y plúmbeos párpados de tinieblas! Nos postramos a vuestros pies y Os rogamos encarecidamente que Os dignéis a abrir vuestros brazos para que mane el agua viva de la inercia y la mortecina media luz que le amaga a la fatiga.

 

Madrecita güevecita, güevona, güevísima, humildemente te decimos: somos totalmente güeva.

 

¡Oh, clarísima, santísima, pulcrísima, amadísima, Santa Güeva, hermana del cansancio que cansa más que el pensamiento de estar cansado y ardua contrincante del control de esfínteres! ¡Oh cuna de la piel bronceada y la neurona empapada de cerveza! ¡Qué turbamulta de sentimientos se dan cita en el corazón, oscilantes entre el ronquido nirvánico y el manto de polvo acumulado en tu acogedor regazo! ¿Y cómo es tu pecho de mármol, más que duro, impenetrable, al esfuerzo, al empeño y a la atención sostenida! Impávida, zamborotuda, impervia, inclemente e impoluta, jamás dudas ante la macilenta figura de tantas víctimas reducidas, con edénica indiferencia, a la orfandad de aquella chavita a orillas del palmar que no solo carecía de consuelo y amistad (época de doncellas, sin duda) sino y sobre todo de inteligencia. Santa Güeva, madre siempre encinta, no nos dejes caer en la tentación del tedio cenagoso o de eliminar el cortocircuito de las cien veces eruptadas ideas.

 

¡Órale, qué güeva nos corre por las venas!

 

Santa Güeva, ora por nosotros y protégenos del despertarnos antes de la siesta. ¡Oh, Madre Ctónica, enemiga de la diarrea y el estacionamiento en una sola fila! Nos postramos a vuestros pies y Os rogamos encarecidamente que Os dignéis a abrir vuestros brazos para que mane el agua viva de la inercia y la mortecina media luz que evita la fatiga.

 

Madrecita güevecita, güevona, güevísima, humildemente te decimos: somos totalmente güeva.

 

¡Oh, Madre-hija de tu prole siempre en Babia! ¡Epifanía del intelecto es ese dedo que hurga afanoso la nariz, cuya punta palpa la sección áurea o el número de Fibonacci que recrea perezosamente cada porción del adormecido cerebro! ¡¿Cómo no enternecerse ante la imagen misma del gozoso misterio de tu abúlica ataraxia?! ¡Oh, Madre de las ciencias del espacio exterior e interior! ¡¿Quién, si no tú, eres el sancta sanctórum de los simuladores de planetas sin gravedad y del círculo máximo para llegar de un punto a otro del globo?! La física, la química, la cibernética y la biología se postran a tus plantas para que podamos rascarnos la panza en Marte y sus conjuntos, ya que no basta un planeta cubierto por la güeva del aquí y el ahora, sino que necesitamos toda una galaxia con años luz de güeva infinita.

 

¡Órale, qué güeva nos corre por las venas!

 

Santa Güeva, ora por nosotros, protégenos de la tentación del trabajo y permítenos regurgitar una y otra vez la misma emoción, el mismo tedio, la misma idea. Oh, Madre Ctónica, amante del último día y el último momento, esposa fidelísima del ahorita, el dame chance y el ya estuvo, nos postramos a vuestros pies y Os rogamos encarecidamente que Os dignéis a abrir vuestros brazos para que mane el agua viva de la inercia y la mortecina media luz que evita la fatiga.

 

Madrecita güevecita, güevona, güevísima, humildemente te decimos: somos totalmente güeva.

 

¡Oh, Señora del coma televisivo! Te adoramos porque a diario realizas el milagro de convertir a un insignificante mamífero en un reptil arcaico, por la sola intervención del rigor mortis que momifica las pupilas, obtura los tímpanos, pega la lengua al paladar, pone fláccidos los músculos y reseca la mollera. ¡¿Y cómo no agradecerte por la caja boba, instrumento pedagógico que permite vivenciar sin sobresaltos la mismísima muerte de Sócrates a miles de kilómetros del Pireo! Ajeno a la cicuta, lento sube, arrastrándose, el entumecimiento, desde los pies, por las pantorrillas, expandiéndose por los muslos, jadeando por la codiciada ingle y el bajo vientre, ahogando a los pulmones y el corazón hasta llegar a la cavidad craneana. Ojos vidriosos, mirada perdida, hilillo de baba en las comisuras, pelo revuelto, boca semiabierta. ¡Oh Madre Güeva, cógenos confesados y líbranos de la tentación de la sensibilidad y la inteligencia!

 

¡Órale, qué güeva nos corre por las venas!

 

Santa Güeva, impolutísima virgen, ora por nosotros y perdónanos nuestros infrecuentes pecados, ya que guardamos feriados y domingos, infaltablemente tendidos en tu altar, por lo menos hasta el mediodía, para celebrar tu existencia fofa y tu divinidad anodina. ¡Oh, Madre Ctónica, disfunción eréctil del Gran Simpático y fuente vital del control remoto, la Internet, los talk-shows, las líneas psíquicas y el horóscopo de Walter Mercado! Nos postramos a vuestros pies y Os rogamos encarecidamente que Os dignéis a abrir vuestros brazos para que mane el agua viva de la inercia y la mortecina media luz que evita la fatiga.

 

Madrecita güevecita, güevona, güevísima, humildemente te decimos: somos totalmente güeva.

 

¡Oh, Santa Güeva útero de los mil nombres y los diez mil seres!, no nos dejes caer en la tentación de la lectura, la redacción y el párrafo con una idea rectora! Madrecita Güeva, güevisíma, sálvanos de la crueldad de las ideas secundarias! Recuerda, Madre Portentosa, a tus hijos caídos en el cumplimineto del deber, entre las garras del ensayo argumentativo y la compilación de la bibliografía. Nos aterran los puntos, nos maltratan las comas, la interrogación y la exclamación nos pitorrean, justificar los párrafos da urticaria y caemos en coma ante los dos puntos y el punto y coma. Nos aturde la sangría, nos espanta la interlínea y los subtítulos enferman. ¡Y la ortografía, tu diabólica enemiga! ¿Cómo escribir tu inmaculado nombre? ¿hueva, güeva, bueva, hueba o, como lo haría el Big Brother, Holly weba!” Madre güeva, santa madre, rascándonos a dos manos, te rogamos que nos libres de las inmerecidas penas del ensayo final. 

 

¡Órale, qué güeva nos corre por las venas!

 

Hermana, madre, hija, esposa, amiga, amante, enemiga, serenísima Santa Güeva, ora por nosotros y alcánzanos la almohada del contento: ya echados, panza al viento, junto a la alberca; ya interpretando el animal de dos lomos, en jardines y paseos públicos, a manera de un ovillo de pelos, brazos, piernas y jadeos. Nos postramos a vuestros pies y os rogamos encarecidamente que os dignéis a abrir vuestros brazos para que mane el agua viva de la inercia y la mortecina media luz que evita la fatiga.

 

Madrecita güevecita, güevona, güevísima, humildemente te decimos: somos totalmente güeva.

 

¡Por Baco y las otras cohortes celestiales, aztecas y tibetanas, cristianas y maussánicas! ¡Oh, Santa Güeva, Madre Inerte y Estática! No hagas que me ablande y, sin querer, peque contra Vos, enviando, aunque más no sea, una señal de buena voluntad, una muestra de aprecio intelectual (¡líbrame de la impudicia pública!), un toque de mis gracias que puedan engalanar las incontables y taciturnas horas de los sedientos de injusticia. No nos dejes caer en la prisa, el empeño y la tentación de la vigilia sostenida. No sabes cuánta güeva me da terminar esta jaculatoria. Mea culpa (golpe en el pecho), mea culp (golpe no tan decidido), me cul (caricia), me cu (dejar que la mano repose), mecu (poner la mano en agua tibia y sal), mec (dejar caer la mano según la gravedad para que se seque; si se usa toalla, se corre peligro de excomunión). Gozo en pensar cuánto cumplo tus mandatos evitando la fatiga.

 

¡Órale, qué güeva nos corre por las venas!

Amén

 

(NB. Si al terminar la oración, se oyen ronquidos profundos, por favor, cierre la puerta de la habitación sin hacer ruido. Santa Güeva está en profunda plegaria por nosotros.)

 

¡¡¡Peligro!!! Esta plegaria puede conducir a conductas reprobables para la moral pública, como la consulta del diccionario.


Comments


Entradas destacadas
Entradas recientes
Síguenos
  • Facebook Basic Square
  • Twitter Basic Square
  • Google+ Basic Square

Join our mailing list

Never miss an update

© 2026 Alphabétika Mx

  • Facebook Round
  • Twitter Round
  • YouTube Round
bottom of page