LA TORTUGA [RENÉ GUÉNON]
![](https://static.wixstatic.com/media/68845d_1b1c91de6ebb4bc99e4f3ae86fda095b~mv2.jpg/v1/fill/w_980,h_809,al_c,q_85,usm_0.66_1.00_0.01,enc_avif,quality_auto/68845d_1b1c91de6ebb4bc99e4f3ae86fda095b~mv2.jpg)
Otro símbolo extremoriental bastante difundido, aún hoy, es el de la tortuga, colocado entre las dos partes, superior e inferior, de su caparazón como el Ser Humano, entre el Cielo y la Tierra. Y en esa representación, la misma forma de las partes no es menos significativa que su ubicación: la parte superior, que «recubre al animal», corresponde todavía al Cielo por su forma redonda; y por lo mismo, la parte inferior, que oficia de «soporte» para el animal, corresponde a la Tierra, por su forma plana (1). En consecuencia, el caparazón es una imagen del Universo (2) y, entre ambas partes, la tortuga misma representa lógicamente el término medio de la Gran Tríada, es decir, el Ser Humano. Además de esto, la retracción en el interior del caparazón (ensimismamiento) simboliza la concentración en el «estado primordial» que es el estado del «ser humano verdadero», y por consiguiente, esa concentración es la realización de la plenitud de las posibilidades humanas porque, aun cuando el centro sea en apariencia apenas un punto sin extensión, es, sin embargo, ese punto el que contiene, principialmente, todas las cosas en realidad (3), y es precisamente porque el «ser humano verdadero» contiene en sí mismo todo lo que está manifestado en la existencia con cuyo centro se identifica.
——————————
[1] La superficie plana, como tal, está en relación directa, naturalmente, con al línea recta, elemento del cuadrado, pudiéndose definir tanto la una como la otra, de manera negativa, por la ausencia de curvatura.
[2] Es por esta razón que una tortuga le presentó a Ta Yü el Grande el diagrama T’ai-chi-t’u [diagrama del Gran Extremo], según se cuenta; y asimismo deriva de ahí el uso que se hace de la tortuga en ciertas aplicaciones especiales de las ciencias tradicionales, particularmente en el orden «adivinatorio».
[3] Acerca las relaciones entre el punto y la extensión, cfr. El simbolismo de la cruz, cap. XVI y XXIX. [La Gran Tríada. Paris: Gallimard, 1957, C. XIV., trad. RRL]
Comments