GUIÑO A PARIS PISHMISH [RRL]
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Hace veinticinco años fallecía Paris Pishmish, columna de la astrofísica mexicana. La buena voluntad de un amigo común nos presentó, y se impuso admirarla, pues comprendió, entre borradores, aquello que debe callarse. Apenas comentó, con mordacidad pudorosa, el designio que la mano del autor había obedecido al redactar.
Para desgracia del autor, los dioses abortaron la preñez de un encuentro y, en un tropiezo, la muerte la prefirió. Quizás, desde entonces, la aridez del transcurso intensifique, en el recuerdo, el femenino rayo de tinieblas, candente entre lecturas sazonadas de vida.
La mata y el polvo son del sendero el desaseado gozo.
Silencio.
El transeúnte del morral de vocablos musita separado.
Los astros cifran su afán ascético en tensa pleamar de sigilos.
Silencio.
El prisionero, en el cuenco de la mente, suda arrítmico.
Entre la luna y el sol ¿quién palpó de tu luz la cadencia en fuga, Paris?
Silencio.
Virgen encinta será tu nombre de pergamino entre las fisuras del ergo.
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